03 agosto, 2010

Olas, Ondas en el mar..

La rebeldía de la ola frente a la sabia calma del océano, su insalvable periodicidad que paradójicamente podría servir para medir el tiempo, y su diálogo enérgico con otras fuerzas naturales como el viento, la luna, y el magnetismo, hacen de este elemento uno de los arquetipos más seductores a los que tendremos acceso desde la perspectiva humana. La ola mantiene un relevante papel mitológico en diversas culturas, siendo desde el factor que truncaba viajes épicos al derribar embarcaciones que intentaban cruzar el mar (o las dimensiones del entendimiento) hasta la fuente de ese semen divino, mitad espuma mitad semilla, gracias al cual Afrodita, la más linda de las diosas, pudo ver la luz.

A la vez, la figura de la ola es fundamental para entender ciertos concepto
s científicos, y en la física cuántica su comportamiento se desdobla como uno de los fenómenos con mayor poder alegórico para entender ciertos enigmas universales. La ola como cualquier cambio o disturbio que tiene una naturaleza oscilatoriamente periódica. El eco de la ola marina proyectado en la conducta de la luz o del sonido. Y por si fuera poco la ola protagoniza a la que es, probablemente, la ecuación más lúcida en la evolución de nuestro entendimiento frente a la caótica perfección del universo.

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