09 septiembre, 2007

Reyes de las olas


En cuanto aparecía la primera ola, ahí estaba el primer surfista. Lo único que necesitaban era un pedazo de madera flotante o un bloque de hielo, y estaban listo para la emoción. Todos eran adictos, en serio, adictos, no podían parar. Y lo han pasado de generación en generación, esos genes se ha seguido pasando incluso el día de hoy. Hasta tiempos recientes, teníamos a los viejos, los “grandiosos”, esos veteranos que surfeaban en enormes tablas llenas de hongos. Ellos fueron los pioneros, pero nadie vio lo que significa surfear hasta que apareció el maravilloso Big Z.
¿Quién fue Big Z?
Se lo estás preguntando al más indicado. Z es todo. Big Z es el surf. Puede incluso que ni siquiera existía el océano antes de Z. Inventaron el océano para él. Vivió una vida muy arriesgada porque no le temía a la vida y tampoco le temía a la muerte. Vino a la Antártica cuando yo era sólo un niño. En serio, fue lo más grande que haya pasado por aquí. De repente ahí lo veías, flotando sobre el agua, contoneándose, fácil, como si no pesara. Pudo haberse acercado a cualquiera… pero se acercó a mí. Y me dio este maravilloso, único y exclusivo collar de Big Z. Luego me dijo: “no importa otra cosa, encuentra tu camino, porque eso es lo que hacen los ganadores”. Fue el más grande. Todos lo veían como algo grande, lo respetaban, lo amaban. Y un día… un día voy a ser igual que él.

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