14 noviembre, 2010

Técnicas para la Meditación..

Hoy conoceremos una técnica sutil, que depende del poder de nuestra mente y la capacidad de concentración
Cuando realizamos cualquier actividad, ya sea intelectual, creativa o deportiva, es fundamental la disposición con la cual vamos a desarrollarla. En otras palabras, ésta será optimizada en tiempo, energía y resultados, si conseguimos generar: actitud interior, sentimiento y cariño.
Antiguas filosofías se referían a este aspecto del ser humano, como una cualidad esencial para conquistar el perfeccionamiento interior. Bien dirigido, ese campo sutil de actividad mental, refuerza positivamente todo lo que iremos a realizar. Desde levantarnos en la mañana para ir al trabajo, practicar deportes, hasta como generar un clima agradable en donde estemos. Cuando hacemos alguna actividad en la que estamos inspirados, todo fluye sin interrupción. De hecho, nos impresiona ver que esa potente actitud subyace en nuestra consciencia.

Para descubrir ese potencial, vamos a entrenar nuestra mente y poner en práctica unas técnicas respiratoria asociada a la mentalización.

Siéntate en un lugar confortable, con las piernas cruzadas, la espalda derecha y los ojos cerrados. Deja las manos apoyadas sobre las rodillas, relajando los hombros y los brazos.
A continuación, inspira lentamente mientras percibes con más atención la temperatura, aroma y textura del aire.
Exhala en forma suave hasta vaciar los pulmones.
En el próximo ciclo, visualiza que consigues distinguir el paso de cada molécula de aire y que éstas adquieren un color anaranjado, como si fuesen millones de corpúsculos brillantes, provenientes del sol y de la atmósfera, los que contienen bioenergía (1).

(1) Bioenergía: es cualquier tipo de energía manifestada biológicamente. Ésta resulta del intercambio entre la energía eléctrica de los átomos del cuerpo y la energía del ambiente exterior, incluyendo a todos los seres vivos. Esta interacción es continua y se produce recíprocamente.

Concéntrate en las sensaciones de captación, asimilación y expansión de la bioenergía dentro del cuerpo, hasta sentir que elevamos su temperatura y alcanzamos un agradable estado de bienestar y satisfacción.
Continúa respirando durante algunos minutos más.
Finaliza la técnica evaluando tu desempeño y capacidad para mantener tu concentración. La idea es perfeccionar esta cualidad, aplicándola en otras áreas de tu vida.

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