02 diciembre, 2010

La Bruja De Portobello - Fragmentos..

1-Si un hombre que no conocemos nos llama hoy por teléfono, charlamos un poco, no insinúa nada, no dice nada en especial, pero aun así nos presta una atención que normalmente no recibimos, somos capaces de acostarnos con él esa misma noche relativamente enamoradas. Somos así, y no hay nada de malo en ello; es propio de la naturaleza femenina abrirse al amor con gran facilidad.

2-La gente cree que el único sueño de una mujer es casarse y tener hijos. Y, por todo lo que te he contado, debes creer que he sufrido mucho en la vida. No es verdad, y ya me conozco esa historia, ya se han acercado otros hombres con la escusa de protegerme de las tragedias. Olvidan que desde la Grecia más antigua, la gente que regresaba desde los combates o bien venia muerta sobre sus escudos, o los más fuertes, sobres sus cicatrices. Mejor así: estoy en el campo de batalla desde que nací, sigo viva y no necesito a nadie que me proteja.

3-Pero también es en ese momento en el que tenemos miedo. Entregarse por completo al amor, ya sea divino o humano, significa renunciar a todo, incluso al propio bienestar, o a la propia capacidad de tomar decisiones. Significa amar en el sentido más profundo de la palabra. En realidad no queremos ser salvados de la manera que Dios escogió para rescatarnos: queremos mantener el control absoluto de todos nuestros pasos, ser plenamente consciente de nuestras decisiones, ser capaces de escoger el objeto de nuestra devoción.
Con el amor no es así: llega, se instala y pasa a controlarlo todo. Solo unas almas muy fuertes se dejan llevar, y Athena era un alma fuerte.

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